
Ojo a lo que se avecina, las 2 amenazas: euro digital y trasvase de sus ahorros privados. Sigue leyendo porque conviene que lo entiendas todo muy bien y aquí se lo voy a explicar de forma sencilla.
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En cambio, este artículo me parece importante porque afecta a millones de personas.
Le voy a explicar de manera sencilla para que todo el mundo lo entienda las 2 amenazas (euro digital y trasvase de sus ahorros privados) que se avecinan.
Lo que no le cuentan del euro digital
Seguramente el próximo mes de octubre llegue el euro digital, en palabras de Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, la cual ha confirmado que la fase preparatoria del euro digital podría concluir en octubre de 2025. Este proyecto, se ha presentado como una solución para modernizar el sistema financiero europeo y garantizar la autonomía monetaria de la región.
Mire, es importante que no le engañen. Y no lo digo yo solo, también Marc Vidal, Daniel Lacalle y Lorenzo Ramírez.
Tenga siempre en cuenta lo siguiente:
1º El euro digital no es una criptomoneda aunque la intentan vender como tal. Las criptomonedas no están respaldadas ni tienen detrás un Banco Central. El euro digital tendrá al Banco Central Europeo.
2º Las criptomonedas aseguran la privacidad. El euro digital permitirá saber toda la vida del usuario, sus gastos detallados (sabrán dónde come usted, qué le gusta comer, beber y cuánto fuma, qué películas le gusta ver en el cine, sus gustos y preferencias en todo tipo de compras, ocio y hábitos, etc.
3º Las criptomonedas suponen una revolución tecnológica y aporta cosas nuevas. El euro digital no aporta nada, ya que con seguir pagando con nuestra tarjeta bancaria viene a ser lo mismo. La diferencia con el dinero en efectivo es que los euros digitales no son algo físico, no se llevan en el monedero, sino que se encuentran en un monedero electrónico que crearía nuestro banco. A la hora de pagar se haría con tarjeta o con teléfonos móviles e incluso no sería necesario tener conexión a internet. Es decir, nada nuevo.
4º Las criptomonedas aportan libertad, en cambio el euro digital comenzaría ya con limitaciones. Por ejemplo, no se podría tener tantos euros digitales como se quiera, sino que habrá un límite de tenencia.
5º Se supone que el euro digital no hará que desaparezca el dinero en efectivo (euros en billetes y monedas) y que se cambiará 1 euro digital por 1 euro físico. Eso está muy bien, pero veremos hasta cuándo deciden que no elimine el dinero físico, momento en el que tendrán el control absoluto de los ciudadanos.
Cada persona es libre de decidir si quiere tener euros digitales o no. Yo simplemente he querido expresar mi opinión que coincide en general con la de la mayoría de mis colegas de profesión.
Quieren decidir en qué invertirá usted sus ahorros privados
El pasado 10 de marzo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, publicó un tweet hablando de la estrategia que va a llevar a cabo la Unión Europea para el ahorro y la inversión.
El objetivo es muy revelador: movilizar el capital privado que permanece inactivo en cuentas de ahorro y dirigirlo hacia proyectos en Europa. Y ojo que hablamos de 11 billones de euros aproximadamente.
La UE considera que los ciudadanos tienen demasiado dinero en cuentas corrientes y en depósitos bancarios, y ese dinero vendría muy bien para Europa invertirlo en «cosas estratégicas» y determinas compañías y sectores clave (por ejemplo ahora mismo el de defensa y militar).
Pretenden que todo ese dinero que tenemos en cuentas y depósitos nos veamos obligados a sacarlo de ahí e invertirlo donde la UE considere conveniente.
¿Cómo podrían hacerlo? hay varias maneras, basta con ser un poco imaginativo y mal pensado:
Intereses negativos: si ya de por sí los intereses de las cuentas y los depósitos son muy bajos y en ocasiones menores que la inflación (a cambio de no correr ningún riesgo de perder dinero y de gozar de liquidez), podrían dar un giro más de tuerca y que los intereses fuesen negativos, es decir, que nos costaría dinero tener nuestro capital ahí. Eso desincentivaría a los inversores.
Un tope máximo de dinero en esos productos: se podría limitar la cantidad máxima de dinero que cada persona podría meter en una cuenta o en depósito. Dependie4ndo de dónde se fije el tope, se acabaría rápidamente con estos productos.
Una mayor fiscalidad: podría cambiarse la legislación fiscal de los países miembros de la UE y que las cuentas y los depósitos tuviesen más impuestos sobre los intereses generados. Esto implicaría que al final la rentabilidad obtenida, pese a ser positiva, sería claramente inferior a la inflación, con lo que en realidad estaríamos perdiendo poder adquisitivo. Más que suficiente para evitar estos productos.
Ofrecer mejores ventajas fiscales en otras inversiones: esto siempre es atractivo, ya que al final se obtendría una mayor rentabilidad en detrimento de tener que pagar menos dinero por las ganancias. Se podría tener una mejor tratamiento fiscal por dos vías: pagare menos y/o tener una cantidad mínima exenta de tributar.
Ofrecer una rentabilidad mínima asegurada en otras inversiones: imagínese que la UE le dice que si invierte en tal cosa obtendría una rentabilidad mínima garantizadas del 4% (es solo un ejemplo) y que si la cosa va bien de ahí para arriba. Pues claro, es todo un reclamo para los inversores.
La idea es que la UE necesita dinero para sus «cosas» (invertir más en el sector defensa y armamentístico, en energía verde, en luchas contra el cambio climático, etc, etc) y se le ha ocurrido que la inmensidad de dinero que nosotros, los particulares, tenemos en cuentas y depósitos les vendría muy bien a ellos, de manera que se encargarán de obligarnos y empujarnos a invertir en lo que a ellos les interese. Así de fácil. Nunca la intromisión del poder público en las finanas privadas fue tan evidente. Y esto es solo el principio…
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