Vamos a ver qué es un testaferro, los requisitos para serlo, cuándo esta figura es legal y cuando es ilegal, las consecuencias de actuar como testaferro y eximentes especiales.

Qué es la figura del testaferro

La palabra testaferro tiene su origen en un concepto italiano cuya traducción viene a ser cabeza de hierro.

Un testaferro es aquella persona que pone a disposición de otra persona su identidad para que se lleve a cabo un negocio, una transacción, la firma de un contrato, etc, aunque en realidad pertenece a otra persona.

Es decir,  una persona contrata a otra para que de cara al público realice una serie de actos pareciendo que lo realiza esa persona, pero en realidad los está realizando para otra persona que no le interesa que se sepa la verdad, básicamente porque se trataría de hechos ilícitos.

Cualquier persona puede ser testaferro, incluso hay personas que se dedican profesionalmente a ello en el sentido de que viven de realizar este tipo de prácticas.

Pero cuando se escoge a una persona que no es profesional para que sea testaferro, generalmente será un miembro de la familia, un amigo o una persona de confianza.

A continuación vamos a ver los requisitos y las consecuencias de actuar como testaferro.

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Requisitos para ser testaferro

Lógicamente cuando hablamos de requisitos para ser testaferro me estoy refiriendo para serlo de manera legal y no ilícita.

En este caso, en principio cualquier persona puede ser testaferro y actuar como tal, aunque ha de cumplir tres sencillos requisitos como son:

– Ser mayor de edad, en el caso de la mayoría de países significa tener cumplidos 18 años.

– Tener plena capacidad de obrar. Es decir, no está incapacitado médicamente ni inhabilitado jurídicamente.

– Ser consciente de lo que está haciendo, cuál es su labor, por qué y a quién representa.

– Que la relación conste oficialmente en un contrato o escritura pública.

Consecuencias de actuar como testaferro

Hay que tener claro que la figura del testaferro puede ser legal o ilegal según se actúe.

Veamos los dos casos y las consecuencias de actuar como testaferro:

Cuándo el testaferro es legal

Básicamente se puede resumir en que el testaferro es legal cuando los actos que tiene que realizar en su propio nombre de cara a que los beneficios sean de otra persona, son actos lícitos.

Si una persona le otorga poderes a otra persona para que actúe como su testaferro y esos poderes son para que realice actos, gestiones y transacciones en su propio nombre, y son legales, la figura del testaferro será del todo legal y no habrá ninguna consecuencia jurídica.

Para ello el testaferro, como dije anteriormente, ha de ser mayor de edad, estar en pleno uso de sus facultades, no estar incapacitado ni inhabilitado, ser consciente de lo que se le pide que haga, tener plena capacidad de obrar y que la relación conste en un contrato o escritura pública.

Algunos ejemplos habituales serían los siguientes:

* Una persona que aun no es mayor de edad porque tiene menos de 18 años quiere abrir un negocio, pero legalmente no puede todavía. Lo que hace es que uno de sus padres o ambos, o bien un familiar cercano ejercen de testaferro, de manera que gestionan y administran el negocio en su propio nombre pero en realidad lo hacen para su hijo, que es el que realmente está detrás tomando las decisiones pertinentes del negocio.

* Una persona tiene que firmar unos contratos y realizar una serie de gestiones pero no está capacitado para ello debido a que no tiene ni la experiencia ni los conocimientos necesarios para ello. Pues contrata a una persona para que actúe como su testaferro y firme y haga las gestiones pertinentes.

* Una persona tiene que llevar a cabo una serie de negociaciones con otras personas o una empresa, pero prefiere que ello lo haga alguien que esté mejor preparado y capacitado. Pues elige a una persona de su confianza para que actúe como testaferro.

* Una persona ha de realizar una gestión pero se encuentra fuera del lugar, en otra ciudad o en otro país. Lo que hace es designar a alguien de su círculo cercano para que actuando como testaferro pueda realizar esas gestiones por él.

En el acuerdo entre el testaferro y la otra persona constará el beneficio que logrará el primero por actuar como tal. No es obligatorio desde el punto de vista jurídico que sea un acto oneroso, ya que puede ser gratuito sin recibir nada a cambio (por ejemplo puede ser que un padre que actúa de testaferro para que su hijo menor de edad comience un negocio lo haga para ayudar a su hijo sin pedir nada a cambio).

Por tanto, la figura del testaferro legal vendría a ser como la de un representante de otra persona, solo que en este caso actúa en su propio nombre y no en el del representado.

Cuándo el testaferro es ilegal

Pero la figura del testaferro puede ser ilegal e ir en contra del ordenamiento jurídico y en este caso sí habría consecuencias jurídicas y penales.

Hablaríamos de un testaferro ilegal en los siguientes casos:

* Cuando la finalidad de esta figura es ocultar actos ilegales.

* Se busca cometer actos delictivos como fraude fiscal, lavado o blanqueo de dinero, simulaciones, enriquecimiento ilícito, obtener ayudas o subvenciones.

* Las persona que actúa como testaferro no puede serlo porque no reúne los requisitos para ello que he comentado anteriormente.

En estos casos, tanto la persona que realmente está detrás de todo beneficiándose, así como el propio testaferro, tendrán responsabilidad jurídica y la legislación penal actuará de inmediato con consecuencias graves.

Y además existe una agravante que endurecería las penas o sanciones penales. Si los actos llevados a cabo por el testaferro han originado daños y perjuicios a otras personas.

La primera consecuencia de actuar con un testaferro de manera ilegal es la declaración inmediata de nulidad del contrato y  la indemnización por daños y perjuicios.

Te pongo un ejemplo sencillo: imagina que en un país la legislación prohíbe que una persona pueda poseer más de dos emisoras de radio. Pues una persona que ya es titular de una emisora de radio y que quiere comprar otra, lo que hace es que coge a una persona de su confianza para que, a cambio de una módica cantidad de dinero, actúe como su testaferro y compre una emisora de radio. Públicamente, el dueño de esa emisora es el testaferro, pero quien realmente está detrás tomando las decisiones es quien contrató al testaferro.

Otro ejemplo. Un directivo de una empresa sabe de una noticia que saldrá públicamente al día siguiente y que al ser muy buena hará subir con fuerza el precio de las acciones de la empresa. Él no puede comprar acciones porque se trataría de un delito, así que le dice a otra persona que compre las acciones y con el beneficio que obtenga le dará un porcentaje.

Generalmente, es un clásico que cuando se descubre el pastel de un testaferro ilegal, la persona que actúa como tal esgrime que no sabía nada, que no conocía que los que estaba haciendo para la otra persona era algo ilegal, que únicamente prestó su identidad a cambio de dinero sin saber ni querer saber lo que ello supondría desde el punto de vista legal.

Pero como de cara al público y a todos los efectos es su identidad la que aparece, tendrá inevitablemente consecuencias jurídicas, al igual que la persona para la que actuaba. Es decir, ambos responderán ante la ley por los delictos que hayan cometido.

Pero puede haber casos especiales en los que las consecuencias de actuar como testaferro se vean reducidas. Ten en cuenta que el ordenamiento jurídico diferencia entre quienes se dedican profesionalmente a ser testaferros y quienes no lo son.

Los casos especiales en los que el testaferro podría ver cómo la consecuencia jurídica de sus actos sería menor y más leve que la del mandante, e incluso no tener ninguna consecuencia son:

1) Personas que aceptaron ser testaferro por una extrema necesidad económica. Por ejemplo mendigos, personas pobres.

2) Personas que fueron presionadas y amenazadas por el mandante. Por ejemplo, si no aceptaban ser testaferros irían a por él y su familia.

3) Personas que realmente no sabían que lo que hacían era ilegal, bien por las características de esas personas (ancianos, personas muy incultas, personas con demencia u otra afección) o bien porque la complejidad de las operaciones era tal que realmente pensaban que no hacían nada ilegal.

4) Personas que fueron engañadas, que se les dijo que lo que tenían que hacer era perfectamente legal.

Como es lógico, habría que ver y estudiar caso por caso, porque el problema es que en muchas ocasiones resulta verdaderamente complicado, por no decir que casi imposible, poder demostrar el testaferro alguna de estas cuestiones.

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