Veremos la importancia de la paradoja del valor, el famoso ejemplo del agua y los diamantes, la teoría del valor subjetivo y la ley de la utilidad marginal decreciente.
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La importancia de la paradoja del valor
La paradoja del valor fue explicada por primera vez por Adam Smith en 1776 en su obra La riqueza de las naciones. Pero no fue el único, otras destacadas figuras que también lo hicieron fueron John Locke y Nicolás Copérnico.
La paradoja del valor, también conocida como la paradoja del diamante y el agua explica por qué el agua, que es muchísimo más útil y necesaria para el ser humano que los diamantes, tiene un precio muchísimo más bajo y barato en el mercado respecto a los diamantes que no son un elemento esencial para la vida del ser humano.
Es decir, busca explicar por qué algo que no aporta utilidad al ser humano en esta vida, puede tener en el mercado un precio no solo mayor sino exorbitantemente más caro que otra cosa que en cambio es de lo más importante que existe y sin la cual la vida desaparecería en el planeta tanto para las personas como para los animales y las plantas.
A la hora de exponer la paradoja del valor, siempre se hace utilizando dos bienes muy diferentes entre sí como son el agua y los diamantes.
Claro, el agua se puede obtener del grifo de nuestra casa por un precio muy bajo, un diamante ve cómo su valor disminuye a la vez que aumenta su existencia.
La respuesta de por qué el agua es mucho más barata que el diamante se debe al tema de la abundancia y la escasez. El agua es tan barata porque hay en abundancia, en cambio, los diamantes son tan caros porque son muy escasos.
La ley de la utilidad marginal decreciente
Pues aquí entra en escena la denomina ley de la utilidad marginal, sobre todo la ley de la utilidad marginal decreciente. Con un ejemplo lo sencillo se va a entender a la perfección. Imagina que te encanta el chocolate. Si tienes hambre por la mañana y comes chocolate no solo te saciará el apetito sino que te sabrá a gloria, será ese preciso momento lo más parecido al paraíso. En este caso se dice que el chocolate te aporta una gran utilidad y satisfacción.
Si a la hora de comer al medio día vuelves a comer chocolate te seguirá resultando super placentero y algo fantástico, una delicia. Si lo vuelves a comer a la hora de merendar por la tarde seguramente te siga pareciendo todo un placer. Pero si lo vuelves a comer por la noche, aunque te sigue gustando, la satisfacción y el placer ya no es el mismo, no lo disfrutas igual.
Lo mismo se podría decir con los fumadores y los cigarros. El fumador que toma 1 cigarro cada hora lo disfruta increíblemente, pero si hiciese como hacen otros fumadores compulsivos que toman uno cada 15 minutos, te puedo asegurar que no los disfrutas ni el 10% de cómo lo disfruta el primer fumador del ejemplo. Es más de manera compulsiva no sólo no se disfruta igual sino que muchas veces hasta los termina apagando antes de haberlo fumado entero. A eso se le llama utilidad negativa.
Pues bien, la ley de la utilidad marginal decreciente dictamina que el consumo de un bien proporciona menor utilidad adicional cuanto más se consume, de manera que se produce una valoración decreciente de un bien a medida que se consume una nueva unidad de ese bien. Por eso se llama esta ley utilidad marginal decreciente, porque la utilidad que te aporta un bien a medida que se consume más de él, es menor cuanto más se consume.
La teoría del valor subjetivo
La teoría del valor subjetivo dictamina que el valor de un bien se establece en base a su utilidad esperada y no por las propiedades que tenga ni por el trabajo requerido para producir dicho bien.
Por tanto, la clave radica en la utilidad esperada, la importancia que el demandante le dé a dicho bien.
Así pues, la teoría del valor subjetivo establece que un bien puede generar valor con el simple hecho de transferir la propiedad a otra persona que le de una mayor utilidad y sin la necesidad de que dicho bien sufra modificaciones que hagan que se revalorice, pues la utilidad esperada en el nuevo propietario presenta un mayor valor para él.
Un ejemplo clásico: si estás perdido en el desierto y tienes una sed enorme, si una persona te diera a elegir entre una botella de agua o un saco con diamantes, sin duda alguna elegirías la botella de agua por la utilidad que te va a aportar en ese momento (quitarte la sed y evitar que mueras deshidratado). Y te da igual que los diamentes tengan en el mercado un valor infinitamente más caro.
Pues ya conoces la importancia de la paradoja del valor, la teoría del valor subjetivo y la ley de la utilidad marginal decreciente, tres conceptos muy importantes en economía. Espero te haya resultado útil.