Seguramente en la serie Billions recuerden un episodio (el 4º de la primera temporada) que se llama estrangulamiento de cortos y trata sobre ello. Veamos algo sobre el tema en cuestión.
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Existen muchos medios para lograr ganar dinero a la baja (futuros, opciones, ETFs), pero una de las maneras clásicas es vender una acción (que alguien te presta) para luego recomprarla cuando baje de precio. Esto es conocido como ponerse corto en una acción (to short a stock).
Para poder vender algo que no se tiene en propiedad, es necesario que alguien te lo preste primero. Evidentemente es necesario que en algún momento futuro el inversor que ha tomado prestado un activo para venderlo lo tenga que comprar para poder devolverlo a su propietario.
Así pues, cada vez que vendemos una acción para ponernos cortos, vamos a tener que comprar de nuevo la acción para cerrar la operación. Si la inversión sale bien, el precio de la cotización habrá bajado, compraremos más barato de lo que vendimos, y habremos ganado la diferencia.
Sin embargo el precio también podría subir. Y puesto que teóricamente la acción sólo puede caer hasta cero pero puede subir hasta el infinito, se suele decir que las pérdidas al ponerse corto sobre una acción son potencialmente infinitas. En por ello que en la práctica los brokers exigen ciertas garantías para estar corto, y nos cierran la posición automáticamente cuando nos desviamos de los límites exigidos.
Cuando una empresa sobre las que hay muchas posiciones cortas abiertas empieza a subir, se puede dar el fenómeno de que aquellos que tengan las posiciones cortas se vean obligados a recomprar las acciones por sus brokers. Si no hay mucha liquidez en el mercado, esto puede hacer que el precio suba de forma disparada, obligando a su vez a otros cortos a hacer lo mismo, creando un círculo vicioso. Este fenómeno es lo que conocemos como short squeeze (estrangulamiento de cortos).
Por tanto el short squeeze implica que los que han vendido acciones están siendo presionados a recomprar acciones que están disparándose al alza, produciéndoles pérdidas importantes
Un short squeeze aparece cuando los inversores han previsto que el precio de un activo caería, por lo que vendieron el activo a un precio mayor con la expectativa de comprarlo de nuevo a un precio más bajo para obtener un buen beneficio. No obstante, si el mercado se gira al alza con fuerza y el precio del activo continúa subiendo, algunos inversores podrían entrar en pánico y cerrar sus posiciones, incluso a un precio mayor, para limitar sus pérdidas. Al hacerlo, provocan que la demanda de ese activo sea aún mayor de lo que ya era, impulsando así al precio a una altura aún mayor
Veamos dos casos:
– Los inversores bajistas de Tesla han perdido 2.500 millones de dólares después de que la compañía se anotase una subida histórica de un 20% un lunes de febrero del 2020. Eso amplía las pérdidas de los bajistas de Tesla en lo que va de 2020 hasta los 8.310 millones de dólares. Ese dato triplica las pérdidas que experimentaron los inversores bajistas en 2019, que cerraron el año con 2.900 millones de dólares en negativo. Las pérdidas de los inversores bajistas alcanzaron en un solo día los 2.500 millones de dólares después de que Tesla protagonizase una subida histórica que eleva el techo de su cotización.
Mientras las pérdidas de los bajistas se disparan, todos las miradas se centraron en un cierre de cortos o «short squeeze».
– Un caso histórico fue el 26 de octubre de 2008. Porsche anunció que había aumentado su participación en Volkswagen en un 7,48 % hasta llegar al 42,6 % de las acciones ordinarias. Su objetivo era disponer de una mayoría de control del 75 % de las acciones. Teniendo en cuenta el hecho bien conocido de que el Estado federado de Baja Sajonia posee un 20,1 % de las acciones de VW, el porcentaje de títulos en libre circulación era inferior al 5,8 % de las acciones, frente al 40 % aproximadamente sugerido anteriormente por Porsche. Sin tener conocimiento de este reducido volumen de títulos en circulación, muchos actores del mercado, con la expectativa de un descenso de las cotizaciones, adquirieron posiciones cortas sobre las acciones de VW.
El 26 de octubre de 2008, esas posiciones cortas constituían aproximadamente el 15 % de las acciones ordinarias. Los días 27 y 28 de octubre de 2008 tuvo lugar un denominado super short squeeze (estrangulamiento extremo de posiciones cortas), en el que los titulares de posiciones cortas hubieron de adquirir, a cualquier precio, acciones incluidas en el reducidísimo paquete de acciones en libre circulación. La acción ordinaria de VW, que el viernes 24 de octubre de 2008, había cerrado aún al precio de 210,85 euros, cerró el martes, 28 de octubre de 2008, a 945 euros alcanzando en ese día un valor máximo de 1 005 euros. Al cierre de la bolsa, las acciones ordinarias de VW alcanzaban así, debido al enorme aumento de la capitalización en el mercado, una ponderación del 26 % en el índice DAX 30.
Esto obligó, en particular a los fondos vinculados al índice, a adquirir acciones de VW por un valor hasta diez veces superior a su valor real, y a la venta, con pérdida, de otras acciones del índice DAX. El 29 de octubre de 2008, Porsche anunció que tenía intención de liquidar sus CSO sobre acciones de VW, con excepción de un 5 %. De este modo, Porsche pudo realizar un aumento del valor de sus derivados sobre acciones de VW de al menos un 500 % y, según cálculos, obtener entre 6,1 y 10 mil millones de euros de beneficios antes de imposición fiscal. Los perjudicados fueron todos los actores del mercado con posiciones cortas, así como los inversores institucionales (bancos, fondos de pensiones y seguros) y los inversores privados con inversiones en fondos vinculados a índices con acciones ordinarias de VW.